31.10.05

Ropa

Ropa

[Foto: malamuller]

27.10.05

Lluvia (2)

Lluvia

[Foto: malamuller]

23.10.05

Gina Villalobos

Gina Villalobos

[Foto: www.ginavillalobos.com]

No es que yo suela exigir que l@s cantantes de country se apelliden Carter, ni nada, pero sé que la primera vez que di con un enlace a Gina Villalobos, decidí que con ese nombre sólo podía tratarse de una rubia oxigenada con botas vaqueras y chaleco de flecos marcando pechugamen, y lo terrible de la imagen me disuadió de cualquier aproximación (musical). Además ese día en mi cabeza las rubias oxigenadas cantaban fatal, y punto. Después leí por ahí que  la tal Villalobos era buenísima, y ya la siguiente vez que apareció dejé de lado mis prejuicios músico-capilares, me descargué las canciones y visité su página. Y bueno, acerté en lo de rubia, aunque no di con el tono exacto, pero en nada más: no sólo no existía el  chaleco de flecos de mi calenturienta imaginación, sino que luce en varias fotos... ¡camisa de cuadros! Ya que esta prenda parece ser obligada en el fondo de armario de toda lesbiana estadounidense, salvo en las de The L Word, me entró la curiosidad muy malsana. Y sí, la chica formó parte de un bollogrupo de Los Angeles, The Mades.

En fin, en cuanto a la que suscribe, además de impresionada para mi intuición con los nombres, estoy pero que muy enganchadita a Why y Not enough.

18.10.05

Cable

Cable

[Foto: malamuller]

13.10.05

Farola (2)

Farola

[Foto: malamuller]

Soy una mujer impaciente. Así que veo improbable que abandone la inmediatez de las cámaras digitales y regrese a los carretes y los revelados. Sí, las cámaras Lomo me miran, pero en esta foto los bordes azulados, los colores saturados y el grano son mérito de lomoize v2, una acción de Photoshop.

11.10.05

San Martiño

San Martiño

[Foto: malamuller]

4.10.05

Luces

Luces

[Foto: malamuller]

1.10.05

La Wally

La Wally

[Foto: malamuller]

Veamos. La Wally, que es la prota de la ópera que nos ocupa,  no está nada por la labor de casarse con  el tipo que su padre le ha escogido como futuro marido, y su padre le ha dicho que o se casa, o largo. Así que escoge "largo" y se tira al monte con un amigo, y se lamenta por su obligada partida de un modo que nos gusta muchísimo. Bien. Lo que sucede es que a ella quien le gusta no es este amigo, sino un cazador que no le hace demasiado caso, razón por la cual cuando el cruel progenitor fallece, la Wally regresa al pueblo para intentar camelarse al cazador. Pero este está a la sazón muy felizmente liado con la posadera del pueblo, y además resulta ser un hombre de corazón de pedernal y se ríe de la Wally delante de todo el vecindario. Aquí empieza lo bueno. Ella, que tiene un poco de carácter, le pide a aquel pretendiente al que rechazaba que mate al cazador. Este no muere en el ataque, y la Wally, muy arrepentida de sus malas acciones, se lo lleva a la posadera para que lo cuide y ella regresa a su montaña. Pero al cazador le van las mujeres de rompe y rasga, se da cuenta de que la Wally es la mujer de su vida, y muy eufórico sube a gritar su amor montaña adelante. Los amorosos alaridos provocan un alud que lo sepulta y la Wally, para no ser menos, se arroja por un precipicio.