1.10.05

La Wally

La Wally

[Foto: malamuller]

Veamos. La Wally, que es la prota de la ópera que nos ocupa,  no está nada por la labor de casarse con  el tipo que su padre le ha escogido como futuro marido, y su padre le ha dicho que o se casa, o largo. Así que escoge "largo" y se tira al monte con un amigo, y se lamenta por su obligada partida de un modo que nos gusta muchísimo. Bien. Lo que sucede es que a ella quien le gusta no es este amigo, sino un cazador que no le hace demasiado caso, razón por la cual cuando el cruel progenitor fallece, la Wally regresa al pueblo para intentar camelarse al cazador. Pero este está a la sazón muy felizmente liado con la posadera del pueblo, y además resulta ser un hombre de corazón de pedernal y se ríe de la Wally delante de todo el vecindario. Aquí empieza lo bueno. Ella, que tiene un poco de carácter, le pide a aquel pretendiente al que rechazaba que mate al cazador. Este no muere en el ataque, y la Wally, muy arrepentida de sus malas acciones, se lo lleva a la posadera para que lo cuide y ella regresa a su montaña. Pero al cazador le van las mujeres de rompe y rasga, se da cuenta de que la Wally es la mujer de su vida, y muy eufórico sube a gritar su amor montaña adelante. Los amorosos alaridos provocan un alud que lo sepulta y la Wally, para no ser menos, se arroja por un precipicio.

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